Sobre Nialdry
¿Quién es?
Nialdry es una Mainrog procedente de la maravillosa ciudad de los gatos. Como se puede ver a primera vista, se trata de una hembra joven con el pelaje tricolor y con unos preciosos ojos púrpura (herencia de su familia por parte de padre). Como la mayoría de su especie, mide entre los 50-70 cm, exactamente 65 centímetros.
En lo referente a su carácter, al principio, sobre todo cuando no tiene la suficiente confianza, suele ser bastante tímida y comedida. No obstante, en cuanto se siente segura (ya sea debido a la compañía o al entorno) se convierte en un Colbrid con verborrea verbal. De hecho, intentar detenerla es casi tan inútil como tratar de parar las olas del mar.
En lo que respecta al origen de dicha «cualidad» (si es que puede tildarse de tal) gran parte puede atribuirse a la exacerbada curiosidad por la que es conocida su entrañable raza. Sin embargo, si bien es sabido que los Mainrogs son bastante fisgones por naturaleza (de hecho, más de uno se ha metido en un aprieto o ha perdido alguna vida debido a tal peculiaridad), el caso de Nialdry ralla la locura (literalmente). Cuando siente extremo interés por saber más acerca de algún tema o alguien, empieza a hacer una pregunta tras otra como si su vida dependiera de ello, sin tan siquiera dejar contestar, y no se detiene hasta que su hiperactivo cerebro lo considera oportuno. Por dicha razón, más de una vez ha salido escaldada…
Empero, aunque esta característica es la más llamativa de su personalidad, no es la única a resaltar. Es una Mainrog tremendamente cariñosa, educada y dulce (en más de un sentido). Asimismo, posee una inteligencia digna de admiración (tal vez sea debido a todo lo que lee y pregunta, quién sabe), así como un portentoso don para ejercer la profesión por la que su ancestral familia es famosa en su ciudad y gran parte del mundo: la repostería.
Es más, es tal su talento que por el momento no ha sido creado postre capaz de resistirse a las zarpas de esta minina tan curiosa. Cierto es que, al principio, tal vez se le resistan un poco aquellas elaboraciones de las cuales desconoce los ingredientes o las cantidades exactas de los mismos, pero, en cuanto pone a trabajar su extraordinario paladar, es capaz de recrearlas con total exactitud.
Por otro lado, también hay que decir que es una Mainrog bastante nerviosa, vergonzosa y con muchas inseguridades. Tal es así que cualquier comentario malintencionado sobre ella o sus orígenes puede hundirla en una pesarosa aura de tristeza y angustia capaz de robarle hasta la última pizca de energía o creatividad. No obstante, aunque dicha debilidad pudiera parecer del todo catastrófica, su risueña visión de la vida le permite salir de tan lamentable estado con tan solo un poco de cariño, un par de palmaditas sobre el lomo o unas cuantas palabras de ánimo. (Vamos, que sus emociones son casi tan hiperactivas como ella).
Si bien está acostumbrada a pasar horas y horas sola en la cocina o en su cuarto devorando los libros que han caído en sus patas, prefiere mil veces cualquier tipo de compañía (incluso la de un árbol). De hecho, hasta que su tía abuela no le confirió a Dulin, solía ir a leer a las afueras de la ciudad para comentar sus impresiones con las flores o arbustos que se cruzaran en su camino.
Por otra parte, pese a poseer una agilidad y reflejos envidiados incluso por su propia raza, evita los enfrentamientos y las peleas más que sus primos el agua y las Gelgas el día de baño. Obviamente, esto no siempre es así, pues cuando alguien que le importa está en peligro o la situación así lo requiere (según su buen juicio), es la primera en enzarzarse a mordiscos. (Valiente, sí, pero con cabeza).
En cuanto a Dulin, se trata del espíritu de un Sherjan, el cual habita el pendiente con forma de espina de pescado, de plata, que Nialdry lleva siempre en su oreja derecha. Mientras él le sea leal, nada ni nadie será capaz de arrancárselo.
Sobre su aspecto, su cuerpo es semitransparente (como cualquier espíritu), con diferentes tonalidades de verdes aguamarina. Posee cuatro aletas principales semejantes a alas, de color púrpura, y cuatro secundarias: dos pectorales junto a la cabeza, una ventral y otra dorsal hacia el final del cuerpo. En cuanto a la cola, suave y con una membrana casi tan fina como la punta de una aguja, le permite dibujar cualquier cosa. Además, posee varias antenas rosadas sobre la cabeza y en el dorso, a juego con sus pequeños ojos.
Dado su estado actual, es decir, muerto, sus poderes son ligeramente diferentes de los de un espécimen vivo. Mientras que sus congéneres pintan hermosos fondos acuáticos, Dulin tan solo puede engullir objetos para almacenarlos dentro de su espíritu de forma indefinida. Después, cuando su portador o él así lo desean, los pintan en el aire y los traen de regreso a la realidad.
En lo referente a su carácter, es un pez sumamente servicial, responsable, eficaz y casi tan curioso como su portadora. Afortunadamente para ambos, pocos son los peligros que puede generarle tal característica, así que tiende a meter las antenas donde le apetece siempre y cuando Nialdry se lo permita (es decir, ¿siempre?).
Indumentaria y accesorios
Sobre su ropa, Nialdry suele vestir de forma bastante recatada y poco llamativa. No obstante, desde que su tía abuela le regaló con motivo de su partida hacia Zoria un precioso traje versado en su amado negocio, no se pone otra cosa.
El preciado atuendo está compuesto por una camisola de hilo blanco; un corset negro y morado, anudado al pecho y decorado con pequeñas estrellas, y una preciosa falda con el mismo estampado que corona la fachada de la pastelería Monldry en la ciudad.
En cuanto a accesorios, salvo por el preciado pendiente de plata donde vive Dulin, no suele llevar nada más.
Sobre su pasado
La historia de Nialdry es bastante trágica ya que perdió a su madre cuando apenas tenía unos días de vida. Debido a esta nefasta circunstancia, una de sus tías la acogió y se hizo cargo de ella. Sin embargo, pocos años después, a raíz de un gran enfrentamiento familiar, se mudó a vivir con su tía abuela, la señora Griunt. Y menos mal, porque de haber seguido rodeada por los insoportables gañanes de sus primos jamás hubiese sido capaz de ser ella misma ni aun viviendo todas y cada una de sus vidas.
Poderes
Salvo por su relación con Dulin, no posee poder alguno. No obstante, gracias a su portentoso don con la repostería fue escogida de entre toda su extensa familia para heredar la emblemática pastelería Monldry.
Libros favoritos
Si bien siente cierta predilección por los cuentos que hablan sobre su amada ciudad o raza, adora con casi el mismo entusiasmo cualquier historia o documento que acabe en sus patas. De hecho, salvo por un par de decretos del rey de los Mainrogs que no fueron de su total agrado, jamás ha desdeñado ningún tipo de conocimiento o lectura.
Gustos
A parte de la repostería y su incansable sed de conocimiento, siente una extraña obsesión por los seres humanos. Tal vez se deba a que para su raza se trata de seres sumamente extraños y peligroso, pero el caso es que le fascina cualquier costumbre u objeto que pertenezca en exclusiva a su mundo.
Por otro lado, y pese a tener predilección por los libros de consulta, aprecia un buen cuento casi tanto como un bollo de ratón relleno de queso recién salido del horno. Su literatura le parece tan intensa y mágica que la considera tan gratificante como un vaso de agua en mitad de algún árido desierto.
Además, aunque no es su fuerte, también le encanta aprender recetas nuevas que nada tienen que ver con los dulces. No solo por la vibrante novedad, sino porque dichas aventuras culinarias son como un reto personal a su paladar ya que en la gran mayoría de ellas aparecen ingredientes que jamás ha visto u olido o se trata de variedades cuyas fragancias difieren mucho entre sí de una región a otra.
Manías
En cuanto a sus manías, estas son algunas:
- Por supuesto, preguntar sin mesura alguna sobre cualquier cosa que le interese o fascine.
- Dada su íntima relación con las plantas durante su infancia, se molesta mucho cuando ve a alguien dañarlas de alguna forma.
- En lo referente a dulces nunca tiene problemas. No obstante, cuando alguna receta salada se le atraviesa y no es capaz de distinguir alguno de sus ingredientes, se pone sumamente histérica y no hay quien la soporte. De hecho, más de una vez ha estado sin dormir durante días hasta dar con el dichoso elemento.
- Detesta con cada fibra de su ser tener que dejar un libro a medias, así que nunca empieza a leer uno hasta estar al cien por cien segura de que dispondrá de tiempo suficiente para terminarlo.
- Cuando está nerviosa o muy feliz clava las uñas sobre lo primero que tiene a pata y empieza a amasarlo como si estuviera preparando una hogaza de pan.
- Siempre que desea animar a alguien o quiere causar buena impresión, hornea toda clase de dulces para preparar una fastuosa merienda con la que agasajar a su objetivo.
- Cuando se siente sumamente inquieta o preocupada, se pone a cocinar lo primero que se le viene a la cabeza y no se detiene hasta que logra tranquilizarse.
- Meter el hocico donde no la llaman (pese a las más que seguras consecuencias).
Miedos
Aunque le da auténtico pavor caer mal a quienes la rodean, su mayor miedo es, sin lugar a dudas, perder su magnífico paladar. Nunca se ha considerado gran cosa, de modo que si quedase privada de lo único que la ha hecho especial sería, junto con la muerte de su tía abuela, la mayor pérdida de su vida.
Comida favorita
Dado que su raza siente una profunda debilidad por el Gardun, es incapaz de resistirse a cualquier comida preparada con dicha hierba. Sin embargo, embriagantes gatunos al margen, adora con cada fibra de su ser la tarta de Ost con crema de miel de Beehams. Muy rara vez la preparan en la pastelería porque es casi un milagro dar con dichas criaturas dentro de su extensa ciudad, pero es un auténtico manjar de dioses.