LOS SPRUNFIS DE LA SEÑORA GLÍRIA

 

Presentación

¡Je! Veo que después de contaros mi aparatosa historia os ha entrado curiosidad por saber más acerca de los Sprunfis. Pues estáis de enhorabuena, porque, aunque no lo parezca, estáis ante toda una experta (más que nada porque vivo con ellos ja, ja, ja). No hay nada que no sepa de estos pequeños tragaldabas tan encantadores. Sin embargo, debéis tener mucho cuidado porque su nivel de adorabilidad ha sido catalogado como uno de los más “peligrosos” que existen en el mundo. Una mirada de esos tiernos ojazos aderezada con un ronroneante graznido y acabaréis dándoles hasta vuestra alma (bueno, quizás eso no porque no se la pueden comer, pero ya me habéis entendido, ¿no?).

Bueno, si pese a mi advertencia aún seguís con ganas de conocerlos más a fondo y descubrir sus pintorescas transformaciones, seguidme y prepararos para que se os caiga la baba. Y lo digo en más de un sentido ja, ja, ja.

Sprunfis

Bien, antes de comenzar, lo mejor será que os hable un poco acerca de ellos (sí, sé que seguramente Irgdrass os daría una descripción más detallada y profunda sobre su especie, pero bueno, yo soy más amena y divertida, ¿no creéis?). Para ello, lo primero es que le echéis un vistazo a esta ilustración sobre ellos. ¡¿A que son una ricura?!

Los Sprunfis son unas pequeñas criaturas, no más grandes que la mano de un humano, con el pelaje blanco y suave como el terciopelo, con pico de pato y patas palmeadas. No obstante, lo más llamativo de su adorable aspecto son sus cuernos, los cuales están conformados por ramilletes de palomitas. Sí, sí, como lo oís, palomitas de verdad, de las que se comen ja, ja, ja. Y si su encantadora apariencia ya ha conseguido embelesaros, esperad a conocer el rasgo tan especial por el que son casi tan famosos como la biblioteca. Veréis, cuando los Sprunfis comen cualquier cosa, sus palomitas adquieren su sabor y sus cuerpos se transforman para reflejar las cualidades y características de lo que hayan ingerido. Entonces, desde ese preciso instante, y durante toda una semana, se alimentan exclusivamente de ello. Pasado dicho tiempo, sus cuernos comienzan a producir kilos y kilos de palomitas hasta recobrar su aspecto original. ¡¿A qué es deliciosamente fascinante?! Ja, ja, ja, ya veo que a vosotros también se os ha abierto el apetito al oír hablar sobre ese dulce instante.

En cuanto a su carácter, habéis de saber que los Sprunfis son criaturas tan glotonas como curiosas, por lo que, en cuanto perciben el aroma de alguna delicia o algo les llama la atención, hacen cualquier cosa por llegar hasta ello. Debido a ello, son considerados de los mejores escapistas que existen en este mundo (no hay rendija o pasaje que se les resista). Tanto es así, que, harta de que se escaparan por la biblioteca día sí y día también, la señora Glíria encantó su taller para que los muy pillines no pudieran salir de allí sin permiso y arramplar con todo lo que se les cruzara por el camino.

Por otro lado, hay que reconocer que son sumamente cariñosos y dulces. Se pirran por los mimos casi tanto como por la comida. Sin embargo, hay que ser precavido porque, a veces, cuando no conocen demasiado al sujeto al que se acercan, usan su adorabilidad para conseguir lo que quieren y luego si te he visto no me acuerdo, ja, ja, ja. (No es lo más común, pero puede suceder).

Clases de Sprunfis

Dicho esto, debéis saber que existen tres clases de Sprunfis:

• Los Dulcri: la gran mayoría son de esta variedad y, como habréis podido deducir por el nombre, les encantan los dulces. De hecho, cuanto más dulce es el alimento, más atraídos se sienten por él.
• Los Salati: de esta clase hay muchos menos y, aunque toleran los alimentos dulces, sienten auténtica devoción por la comida salada. Es más, como la señora Glíria tiene algunos de ellos por el taller, nunca puede comer aquí por temor a ser saqueada de lo lindo ja, ja, ja.
• Los Omni: son la variedad más rara y difícil de encontrar. No obstante, son sumamente preciados porque son capaces de comer absolutamente cualquier cosa. Y con ello me refiero a lo que tengan a mano, independientemente de si es comida o no (vamos, que hasta se nos podrían comer si quisieran ja, ja, ja).

Transformaciones

Bueno, creo que eso es básicamente todo lo que hay que saber de ellos. Aunque claro, cuando se transforman, cada uno es un mundo aparte. Pero no os preocupéis, que aquí estoy yo para hablaros a cerca de cada una de sus metamorfosis. ¿Queréis conocerlas ya? ¡Pues venid que os las enseño!